Josabeth presenta su poemario “Magia y Realidad”, poesía de protesta

• Su narrativa da cuenta de la violencia criminal, feminicidios y venta de niñas en Guerrero

Por Ignacio Hernández Meneses

Hace 30 años a Josabeth, se dispuso a hacer un lado el mar de expedientes, carpetas de investigación, denuncias penales que tenía que leer y resolver jurídicamente, y su pluma empezó a escribir horas y horas lo que le dictaba su mente que ya escalaba el plano de la literatura, los poemas, la novela corta, el cuento, sacados del realismo mágico.

Tenía muchos pero muchos ingredientes para cocinar un buen libro con testimonios a los que decidió tomar distancia del lenguaje común para darle belleza a las palabras, aunque éstas hablen de injusticias.

Visiblemente contenta y acompañada de amigas y amigos de la antigua facultad de Derecho de la histórica Universidad Autónoma de Guerrero, Josabeth Barragán Torres, nos cuenta que acaba de sacar del horno su libro “Magia y realidad”, que salió con toda su sabrosura para la boca de los que comen la exquisita literatura y a las víctimas que comen con amargura, de lo que ella nos narra crudamente.

Es un compendio de protestas pero en rimas. Son vivencias de gente que ha sufrido en carne propia la discriminación, la segregación y las injusticias. De niñas a las que, con el pretexto de “usos y costumbres”, venden en la región de Montaña de Guerrero y la Costa Chica como si fueran cosas, son historias de 30 años de escribir una realidad dolorosa pero necesaria para ir concientizando.

Son los escritos de Josabeth, quien nos cuenta parte de su obra, su libro “Magia y realidad” (Editorial Desierto mayor): “Habla de la violencia criminal que está viviendo nuestro país, de las desigualdades que enfrentan las mujeres, del feminicidio, de la desaparición de personas, los desplazados, de la venta de niñas”.

Confiesa que empezó a escribir “por amor”

Con nostalgia, esta mujer de ojos tristes, tras su taza de café cien por ciento natural, manifestó que escribir libera a las personas, y aunque es abogada de profesión, ella, se ha inclinado en agarrar su pluma e ir plasmando lo que ve y lo que siente, en recoger testimonios que pueden ayudar a que no se repitan historias indignantes.

Mientras con sus sencillas pero elegantes uñas pintadas de rojo carmín, Barragán hojea su libro recién parido por su imaginación y compromiso social con las letras y con la jurisprudencia, recordó que empezó a recuperar apuntes de la secundaria y el bachillerato pero en realidad empezó en 1990, sobre todo lo que le ocurría a su alrededor.

Confiesa que empezó a escribir “por amor, cuando empezó a ser codependiente, entonces sufrí mucho por esa parte de la violencia de la que lamentablemente viví en esa etapa de mi vida, y en lugar de emborracharme, yo escribía y entonces pues iba haciendo mis apuntes”. Tanto así que incluye una poesía que tardó ocho años en escribirla porque cada vez que arrastraba el lápiz y lograba una línea, le dolía y lloraba. Y así logró su primera poesía que se llamó “Fuga”.

Su memoria le dijo que empezó a recuperar sus apuntes de la secundaria y el bachillerato pero en realidad empezó a escribir en 1990, sobre todo lo que le ocurría a su alrededor.

Con el libro en sus manos, nos compartió uno de sus escritos, hablando de los desaparecidos, “hoy vi tu sonrisa radiante mirándome desde un poste lejano, te miras tan alegre mientras sostienes tu rostro entre las manos con esa pose de enfadada en tu cara de niña, cierro los ojos y te imagino, morena, rubia, pelo rizado, corto o largo, pequeña, niña, adolescente, mujer, eres la que ayer marchó exigiendo justicia y que ya no están…”

La escritora relató que le gusta el contacto con la naturaleza, que es parte de su fuente de inspiración, lo que le permite darle mayor fuerza a su imaginación.

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