• Los embates externos al rector
electo y la autonomía de la UAGro
Por Roberto Santos
Hay quienes han dedicado sus mejores esfuerzos en tratar de echar abajo el proceso de elección del rector y del triunfo de Javier Saldaña.
Ya explicó correctamente la Comisión Electoral acerca de las fallas técnicas del procedimiento de impugnación al resultado de la elección.
No obstante que su impugnación fue deficiente de acuerdo a la información del órgano electoral, la campaña mediática en contra del rector electo sigue con mayor intensidad, pese a que son un grupo minoritario, con algunos activistas que no pertenecen a la UAGro.
Por lo que se cree que más bien es un intento de un grupúsculo de Morena quienes intentan apropiarse de las riendas de la Máxima Casa de Estudios.
Y como los impugnadores no pudieron echar abajo la elección, vienen los señalamientos, que si bien no manchan, al menos tiznan, como señala el dicho popular.
Así parece surgir el señalamiento del dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero, quien acusó a Javier Saldaña Almazán de mantener en la nómina de la institución a presuntos familiares directos y que debido a eso la institución eroga quincenalmente 3.5 millones de pesos.
Y pide que intervengan tanto el presidente de México y la gobernadora del estado para que haga las debidas investigaciones, olvidando la autonomía de la institución.
Está claro que hay grupúsculos que pretenden una y otra vez escalar las bardas de la universidad para tratar de dar el asalto final y apoderarse de su destino.
Sin embargo, por más esfuerzos que realicen, sus ambiciosas pretensiones no van a dar resultados.
La cosa es simple: los universitarios son enemigos de los embates externos que buscan debilitar su autonomía académica, política y administrativa.
Ante esa fortaleza, aquellos ya deberían saber que no van a poder violentar la autonomía y que la elección del rector es legítima.
Y que Javier Saldaña cuenta con la simpatía de la mayoría de los universitarios.