Bajo la Lupa

Día Naranja, día de conmemoración y luto en Acapulco

Por: Guadalupe Rodríguez

Jueves 27 de abril de 2023. El 25 de cada mes es un “Día Naranja”, un día para actuar, generar conciencia y prevenir la violencia contra mujeres y niñas. Aunque en realidad es el 25 de noviembre el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, cada 25 del mes reiteradamente se conmemora a manera de recordatorio.

En las escuelas los niños aprenden a portar moños naranja, repasan una breve semblanza de cómo inició esta conmemoración y en el mejor de los casos les exponen material didáctico al respecto para fortalecer el conocimiento y lograr el objetivo de la clase.

En oficinas de gobierno y algunas del sector privado ya es común ver el moño naranja como símbolo de la no violencia; las mujeres más detallistas deciden portar atuendos en el tono mencionado. Incluso para algunas es usual subir una que otra foto en redes sociales con frases adecuadas al día de la no violencia y en eso redundan los días 25, en buenos deseos.

Pero éste 25 de abril el “Día naranja” cambió por completo la conmemoración en Acapulco. ¿Quién podría “conmemorar” si Enya Vanesa, joven de 16 años fue encontrada sin vida? ¿Qué mujer podría no indignarse de saber que la historia de esta pequeña podría repetirse con su hermana, su hija o ella misma un “día naranja cualquiera”? Se apagaron para Vanesa los buenos deseos.

Hoy por hoy, hablar de violencia es más usual, aparentemente existe apertura. Se sabe dónde recurrir, qué hacer, cómo seguir las recomendaciones de los expertos que escuchamos en radio, en redes sociales. Pero Enya no tuvo oportunidad de poner su denuncia, no pudo identificar a su(s) agresor(es).
¿Hubiera servido eso de algo? En 2022, Guerrero cerró el año con mil 285 denuncias por lesiones contra mujeres, dos mil 886 casos de violencia familiar y cuatro mil 336 llamadas de emergencia por distintos tipos de violencia de género. Es decir, que muchos posibles feminicidas se encuentran libres por ahí ejerciendo violencia a miles de mujeres. ¿Cuántos casos podrían terminar como Enya Vanesa? Y la primera fiscal mujer en Guerrero ¿estará lista ya para actuar al respecto?

Las benditas redes nos dieron cuenta recientemente del programa anunciado con bombo y platillo “Fuerza Acapulco”; el invitado especial y asesor en la materia (según dijeron las redes), el encargado de la política exterior en México; el cancillerMarcelo Ebrard. ¿Qué sabrá él de seguridad pública? No lo dijeron, pero es el bueno en 2024, aseguran. Pero quienes sí saben de seguridad pública estuvieron ahí ¿Dando fe, posando para la foto o haciendo migas con el canciller?. Ahí estuvo la fiscal del Estado, Sandra Luz Valdovinos Salmerón; en primera fila también estuvieron empresarios, algunos cuantos representantes populares, mandos civiles, navales y militares. Que no la gobernadora, debe aclararse.

El feminicidio de Enya no pudo ser prevenido por Fuerza Acapulco, lamentablemente; es pronto, podrían decir, pero se espera que se haga justicia se investigue y se castigue a él o los responsables. Tiene que haber justicia para ella y para las 23 víctimas de feminicidio que documentó la Asociación Guerrerense Contra la Violencia hacia las Mujeres (AGVM) los primeros dos meses del presente año. Porque la cuenta hacia atrás ya se perdió en la estadística .

El día de hoy sesiona el Congreso de Guerrero. Y esas diputadas feministas acérrimas que defendieron la semana pasada a su compañera legisladora por violencia política de género, seguramente serán las primeras en pronunciarse con el mismo tesón que exigieron la no violencia por parte de otro diputado. ¿Serán capaces las diputadas y los grupos feministas de exigir justicia y respeto para las mujeres no privilegiadas de la política, esas que caminan día a día por las calles de Acapulco y Guerrero con miedo a ser agredidas y que podrían terminar en una barranca cómo fue el caso de esta menor?.

Mientras tanto, en cada casa, cada una de las 400 mil mujeres de Acapulco y casi dos millones que existen en Guerrero debe aprender qué hacer en casos de violencia. Debe enseñar a los suyos a no violentar y a cuidarse de ser violentadas. Y buscar de una y mil formas evitar ser víctima de un feminicidio. Lo deben saber todas porque aqui no hay ni prevención ni procuración.

A las autoridades las debe unir la reflexión y el trabajo para saber qué falló, por qué en un estado santuario para las mujeres y con un Protocolo Violeta activado no se pudo evitar que Enya muriera. Esta muerte obliga a todas y todos a reflexionar qué hacer y cómo remediar lo que se hizo mal porque hoy falta Enya Vanesa y mañana puede faltar otra más. Ya no presentar estrategias con bombo y platillo sino concretar acciones que den resultados y permitan a los guerrerenses creer que la transformación llegó para las mujeres de todos los niveles sociales en Acapulco y Guerrero.

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