•La ingenuidad de Marcelo Ebrard
Por Roberto Santos
Al parecer Marcelo Ebrard carece de amigos en Guerrero.
Si tuviera al menos uno, éste ya le hubiera dicho que muy errado está confiar su candidatura en políticas como Abelina López Rodríguez.
Abelina es una de las presidentas municipales que no ha podido cumplir lo que en campaña prometió y gracias a esto, Acapulco está otra vez ubicada entre las más peligrosas del mundo, cuando hace apenas unos meses estaba lejos de esa posición.
Tampoco ha podido con la limpieza de la ciudad turística por excelencia en el estado y, para muchos, en el país.
Es común ver cerros de basura en las calles que los turistas recorren cuando vienen a divertirse y, para salir del paso, anuncia que van a aplicar la ley a quienes la tiren en la vía pública.
El problema es que sigue mostrando a la población su incapacidad de levantar los desechos que se generan diariamente.
El sentido de la realidad a casi la mitad de su gobierno sigue ausente en ella, al insistir que es “la calor” la generadora de la violencia, lo que puede deducirse que también es la causante de tantos asesinatos diarios en las calles de la ciudad.
Es ingenuo que con esa incapacidad que ha mostrado para atender y solucionar los problemas de Acapulco, y en momentos que parece hacer agua su administración, se asuma como la que en Guerrero va a posicionar a Marcelo Ebrard como el puntero en “la carrera de las corcholatas.”
“Haciendo historia con el cambio”, la consigna de la campaña de Ebrard, en un municipio donde nada cambió con López Rodríguez, donde la historia se repite, y se acrecienta y reproduce lo negativo, lo más repudiado y amenazante para la sociedad: las extorsiones, cobro de piso, asesinatos a quien decide no pagar; donde nadie se salva: ni quien vende chicharrones en bolsita, palomitas o gorditas.
O Marcelo peca de ingenuo o de plano le vendieron gato por liebre, pues con “tremendos liderazgos” que le encabezan su campaña, su harakiri será lento pero doloroso.