•La fortaleza de Jacko Badillo
Por Francisco Javier Flores V.
Un antiguo proverbio árabe lo dice con toda claridad: “No te preocupes por lo que dicen de ti. Recuerda que al árbol que más frutos da es al que más piedras le tiran”.
En una competencia, quienes van en desventaja, incluso aquellos que no tienen ninguna posibilidad de ganar, atacan al que va adelante, al mejor posicionado, al más fuerte.
Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla es un personaje que vino a revolucionar el papel de los diputados en Acapulco. No se conoce, hasta ahora, un representante popular que haya trabajado con ese dinamismo que trae el legislador acapulqueño desde el primer día en que forma parte de la LXIII Legislatura en el Congreso de Guerrero.
Además del extraordinario desempeño en la Cámara de Diputados, en donde preside la Comisión de Seguridad Pública y es miembro de otras cuatro más, participando de manera activa y decidida desde la máxima tribuna del estado defendiendo los intereses de los guerrerenses como digno representante del partido Morena (incluso más que quienes presumen ser puros o fundadores), Jacko Badillo se somete diariamente a jornadas agotadoras de trabajo en territorio, atendiendo a grupos de ciudadanos de colonias, comunidades rurales y barrios que confían en él para tratar de solucionar sus solicitudes o demandas.
Este contacto permanente con los ciudadanos, los resultados que en poco más de un año como diputado ha dado, gracias a su eficiente gestoría de obras muy importantes, sobre todo en zonas de alta marginación y pobreza, aunado a la excelente relación que guarda con actores políticos y de gobierno (más allá de filiaciones partidistas), sobre todo con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el senador Félix Salgado Macedonio, lo han colocado como el aspirante natural y más fuerte prospecto a ser el candidato de Morena a la presidencia municipal de Acapulco.
Y es que Jacko desde siempre está acostumbrado a trabajar. No se engancha en pleitos estériles, rechaza perder el tiempo en responder a los ociosos que motivados por la envidia, problemas mentales o existenciales, la mala fe, o incluso inducidos por los adversarios políticos, lo atacan en redes sociales utilizando la intriga y la mentira.
Ese tiempo tan valioso que perdería en contestarles, lo ocupa mejor en seguir dando respuestas a la grave problemática de los acapulqueños, a la gente que sí merece atención.
Y es justamente ahí donde radica la fortaleza del ya famoso Pargo de Acapulco, en el respaldo que a diario le manifiesta el pueblo, en cada reunión, en cada visita, en cada obra entregada, en cada gestión, y hasta de manera espontánea cuando alguien pasa por la calle y desde un vehículo en movimiento le grita: “¡Ese Jacko, estoy contigo!” y él, como buen acapulqueño, levanta el dedo pulgar y le responde con el clásico “¡Jálalo que es Pargo!”. Vale.