• Estrategia de seguridad y violencia
• ¿Funcionan los militares y marinos?
LO DECÍAMOS HACE POCO. LA ESTRATEGIA de seguridad pública no está funcionando, por no decir que es un fracaso, por lo que urge encauzarla y, más aún, cambiarla. La política de abrazos y no balazos, no sólo es un error, sino un magnicidio para el país, pues ha costado más muertos de los que hubo en el gobierno de Felipe Calderón a quien se le critica de iniciar la guerra contra el narco, y también de los que se contabilizaron en el de Enrique Peña.
Y es que en Guerrero, como en todo el país, no basta ignorar a los delincuentes como tampoco poner en las calles a más policías de la Guardia Nacional, del Ejército, y de la Marina, pues de lo que se trata es de que combatan a los delincuentes en vez de persuadirlos para que no cometan delitos, pues como ya se ha visto, la sola presencia de los cuerpos policiacos y militares nada sirve, toda vez que, incluso, las bandas delincuenciales ya les han perdido el respeto.
Hay que decirlo. Los hechos ocurridos en el penal de Coyuca de Catalán, de donde sujetos vestidos de militares se llevaron a un reo que recientemente había sido trasladado de Acapulco, y los ocurridos en el municipio de Juan R. Escudero, en donde también desconocidos atacaron a la camioneta de la alcaldesa de ese lugar, con un saldo de dos policías heridos, ciertamente deben ser objeto de preocupación de las autoridades, al que se suma la agresión sufrida a un comandante de la policía preventiva de Coyuca de Benítez.
Cierto. No sólo preocupan los hechos ocurridos, porque muestran el grado de inseguridad existente, a pesar de que cada vez se incrementa el número de efectivos policiacos, de militares y marinos en todo el país, sino porque, en el caso de Guerrero, la Fiscalía General, hay que decirlo con todas sus letras, tampoco está dando resultados, pues si bien se integran nuevas carpetas de investigación, éstas ahí se quedan, sin que avancen, y por consecuencia, sin que la justicia llegue a las víctimas.
Ello significa, habrá que puntualizarlo, que la participación del Ejército y la Marina en tareas de seguridad pública y prevención del delito, nada más no funciona, precisamente por la falta de resultados, de tal forma que la situación de violencia e inseguridad continuará igual, al menos hasta el 2028, cuando los militares dejen las calles para volver a sus cuarteles.
El asunto, sin embargo, se complica, pues el gobierno federal, de quien depende la estrategia y la política de seguridad pública, y que se aplica en todo el país, no ha logrado, hasta ahora, fortalecer la Guardia Nacional con policías propios, toda vez que por el momento se integra con militares y marinos comisionados.
En consecuencia, si bien los estados y los municipios tienen responsabilidad en la prevención del delito, éstos, hay que decirlo, poco pueden hacer ante un gobierno federal que en vez de perseguir a los delincuentes, los protege, y más aún, exige a los policías y militares que no les violenten sus derechos humanos, cuando a lo que tienen derecho, únicamente, es a un proceso judicial justo.
Sí. Por eso ocurren hechos como el de Coyuca de Catalán, en donde como ya dijimos, sujetos vestidos de militares sacaron a un reo, o como el atentado contra la alcaldesa de Tierra Colorada, y el ocurrido contra un comandante de la policía municipal de Benítez. Claro, no son los únicos, sino los más recientes.
Y mientras, la Fiscalía General del Estado como si nada, cono si día a día no ocurriera nada, pese a la multiplicación de los muertos que, como en el caso de Acapulco suceden minuto a minuto, y la alcaldesa anda en todo, menos en gobernar el Puerto.
Sí. Urge cambiar la estrategia y política en materia de seguridad pública. No obstante, parece que no habrá de ocurrir, aunque la violencia aumente. Guerrero y el país lo merece.
Por cierto, ¿qué podemos decir del secretario de seguridad pública del estado?
En fin. Hoy la libró la alcaldesa de Juan R. Escudero. ¡Qué bueno!
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