• Evodio, ¿pagar sus culpas?
Por Francisco Javier Flores V.
Hace algunos días, cuando en mi calidad de reportero hice una entrevista al presidente del comité municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Acapulco, Bulmaro Cabrera Rojas, de manera tajante y contundente señaló que dicho instituto político no metería las manos al fuego por nadie y que quienes hayan abusado del poder cuando la gente les dio la oportunidad de ejercer un cargo público, “tendrán que pagar sus propias culpas”.
Esta es una sentencia que cae como anillo al dedo a las pretensiones del ex alcalde perredista Evodio Velázquez Aguirre, de regresar a la vida política de Acapulco, utilizando el garlito nada convincente de que la administración municipal que encabezó “fue mejor”, suponemos que en referencia a los dos gobiernos que le han sucedido, cuando son de todos conocidos los excesos de él y su equipo cercano estando en el poder.
Y no es que Evo –como le llaman sus bienquerientes- se exponga a pagar sus culpas en caso de que se atreva a querer competir nuevamente por la alcaldía porteña en el 2024. De hecho, hace mucho que comenzó a pagarlas.
Después de haber traicionado al candidato de su partido en la elección del 2018 por la presidencia municipal de Acapulco, en donde fue notoria la operación de su equipo en favor del instituto político que finalmente ganó esos comicios, dividiendo además el voto en el Distrito 9 local en donde colocó a su esposa Perla Edith Martínez Ríos como candidata a la diputación, el entonces alcalde no fue capaz siquiera de ganar esa demarcación, y la maestra Perla fue legisladora gracias al chanchullo –abusando de su poder- de colocarla en primer lugar de la lista de plurinominales.
Un nuevo revés le vino tres años después, cuando en el 2021 fracasó en su intento por ser el candidato a la gubernatura de la coalición Va por Guerrero, integrada por los partidos PRI, PAN y PRD, perdiendo ante el priísta Mario Moreno Arcos.
Ya como premio de consolación, y en ese afán desesperado de quienes ven a la política como único “modus vivendi”, intentó ser diputado local agandallándose nuevamente un lugar en la lista de plurinominales, con tan mala suerte que no logró ese objetivo por cuestiones de paridad de género que hizo valer el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana. Perdió, pues, nuevamente.
Nadie niega esa habilidad que tiene Evodio Velázquez para manipular, para intentar sorprender con frases impactantes, además de los recursos de los que hace derroche para inundar de propaganda traseros de camiones, bardas y anuncios espectaculares, inventándose organizaciones de nombres rimbombantes como esa “dirigencia nacional” de un supuesto movimiento independiente que dice encabezar. Lo mismo es experto en movilizar –acarrear, dicen en mi pueblo- gente (con recursos, claro), llenando sin dificultad algún salón o calle donde acostumbra realizar sus eventos.
Pero de eso, a que el pueblo vuelva a confiar en él y su camarilla, sobre todo esos que abusaron del poder y se sirvieron con la cuchara grande en su trienio como alcalde, va a estar muy difícil. Ya lo dijo Bulmaro… “tendrán que pagar sus propias culpas”. Vale.