- Registra el PRI a personaje sin
liderazgo para presidente del CDE
Por Roberto Santos
Desagelado, insulso y quizá hasta con cierta nostalgia por el pasado es como transcurrió el registro de Alejandro Bravo Abarca en la amplia sede del PRI estatal.
Finalmente los tres alegres compadres que dominan este partido en Guerrero registraron a su candidato y hasta recuerda la historia de “Juanito” de Iztapalapa.
Bravo Abarca está en el camino de ser el presidente estatal del PRI, aunque carece de liderazgo, y quizá ni lo necesite pues estará a expensas de quienes si lo tienen.
Como nunca, la sede priista se hizo grande, tan grande que para frustración de algunos, no lograron llenarla.
Grupos de personas venidas de varias partes del estado eran arengados para mostrar entusiasmo mediante gritos desaforados de los otrora jilgueros venidos en oradores.
Nada los conmovía y Roberto Salazar alzaba los brazos como queriendo transmitir ese impulso a quienes estaban en la explanada del tricolor, cuya utilidad ha cambiado, y ofrece mayor servicio a quienes acuden a tomar clases de manejo.
Finalmente llegó la hora de registro y al salir Alejandro Bravo Abarca y Pilar Badillo, aspirante a Presidente y a Secretaria General, algunos grupos lograron articular algunas porras para el dúo que va a fortalecer al PRI y va a disputar las próximas candidaturas, como dijo Badillo.
Quedó claro. Los priistas están divididos: una fracción votará por Alejandro Bravo y otra espera las indicaciones de Mario Moreno.
Alejandro carece de liderazgo.
No puede dar lo que no posee y es señalado de poco empático y víctima de su soberbia.
Un “líder” que carece de lo básico para dirigir no le va a servir a los priistas, va a servir a quienes lo pusieron. Así de claro está.
“Juanito”, el de Iztapalapa, fue convertido en un curioso personaje mediático.
También disfrutó de sus momentos de gloria y terminó por convertirse en un protagonista de la picaresca política mexicana.
Mientras, el futuro de Mario Moreno se convierte en coyuntural, aunque diga que seguirá en el PRI.
La presión que estos grupos han ejercido en su contra, le dejan el camino libre para seguir aglutinando adeptos y en su momento pelear por espacios de representación o irse a otro partido, haciendo más grande la crisis del tricolor en Guerrero.
Los tres titiriteros en el pecado llevarán la penitencia, como reza el refrán.