Chicotazos

• “Pinches indios piojosos”

Por Francisco Javier Flores V.

El 3 de abril del 2016 –hace ya casi 6 años- el periódico nacional El Universal reveló, en una nota periodística, el contenido de una grabación de audio en donde el integrante del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, Vidulfo Rosales Sierra, muestra una parte de su personalidad hasta ese momento desconocida.

Se trataba de una conversación telefónica que el también declarado abogado de los familiares de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014, sostenía con una mujer identificada como su pareja sentimental, ante quien Vidulfo tachó de “pinches indios piojosos” a los padres de los muchachos caídos en desgracia.

Y no sólo eso, a lo largo de la plática que puede ser fácilmente consultada en internet, el personaje de marras emite expresiones francamente despectivas, por el simple hecho de que esas personas, en su mayoría de origen humilde y, sobre todo, de zonas indígenas, hicieran larga fila para pasar al sanitario o carecieran de buenos modales a la hora de tomar sus alimentos o abordar un autobús, durante las movilizaciones que en ese tiempo llevaban a cabo en diferentes partes de la República.

“Se pasan de gaver (sic)…”, expresa en una parte de la plática con la mujer, para luego rematar, “me da un puto coraje (…) pinches indios piojosos”, además de sugerir que eran flojos porque ni siquiera recogían sus platos cuando se les daba de comer, dicho de una forma desdeñosa y tan clara que no hay motivos para dudar de la autenticidad de ese audio, por más que en su momento Vidulfo lo haya querido negar.

Así, con estos antecedentes, resulta muy contradictorio quien llamó “pinches indios piojosos” a nuestros hermanos indígenas, sea quien organice conferencias de prensa en pleno recinto legislativo, con un claro afán protagónico, para cuestionar la Consulta a los Pueblos Indígenas y Afromexicanos que lleva a cabo el Congreso de Guerrero.

Es cierto que los diputados locales nadan contra corriente pues el tiempo se les vino encima ante el mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para llevar a cabo ese ejercicio que, dicho sea de paso, es un asunto que viene de la Legislatura pasada y algunos diputados al asumir el cargo ni siquiera estaban enterados, aunque ello no los exime de responsabilidad, pero pretender que personajes como Vidulfo Rosales –y compañía- hagan teatro y pretendan sacar raja de la situación, es el colmo de la desfachatez. Vale.

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