• Ucrania, semejanzas con México
Por Roberto Santos
Putin invade Ucrania.
No es una guerra, es una invasión con mayor poder de fuego y tecnología militar.
El autoritarismo se ha asentado en Rusia, y el presidente ha decidido hacer valer la fuerza para dominar la republica de Ucrania, mientras los ciudadanos buscan desesperadamente librar las zonas de ataque y llegar a un país vecino.
Las escenas de niños y mujeres huyendo nos recuerdan acontecimientos semejantes en México.
Hay zonas en el país cuyos habitantes huyen de sus pueblos, aunque no estén en guerra.
No hay guerra pero hay invasión de grupos narcos para apoderarse de los bienes de pueblos enteros.
Los grupos criminales ordenan a la población a desalojar comunidades y casas.
“Tienen hasta seis horas para irse o dense por muertos”, les ordenan a pueblos enteros de Zacatecas.
Y las autoridades solo pudieron acompañarlos en su huida pero no les dieron seguridad para seguir en sus lugares de origen.
Ausencia de Estado o Estado débil ante el poder que cada vez crece más de las organizaciones criminales.
Parece que Colombia ha quedado rebasada por el grado de descomposición social en México.
En gran parte del país la sociedad sufre el abandono de las instituciones.
Es cierto, nos aterrorizan las muertes de los Ucranianos por las armas rusas, pero normalizamos las muertes cotidianas de nuestros semejantes en prácticamente todo el país, a manos del poder narco.
La desaparición de mujeres y hombres jóvenes se han vuelto una cotidianidad a la que ya estamos acostumbrados, al igual que ver a las buscadoras recorrer los estados para encontrar los restos, aunque sea, de sus familiares desaparecidos por algún grupo criminal.
Nos angustia Ucrania, pero no Colima, donde se ha regresado a clases presenciales por los ataques de grupos rivales en las calles.
Tampoco somos tan conscientes de lo que sucede en Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Zacatecas, Baja California, Chihuahua y nuestro estado de Guerrero.
En algunos estados los grupos en pugna han replicado estrategias consideradas terroristas y que terminan por afectar a la sociedad civil, como las minas que sembrara un grupo narco en pueblos de Michoacán.
Y en Acapulco donde quemaron los puestos del mercado porque los dueños no marcharon para presionar al ejército.
Miremos a Ucrania, pero que eso no sirva de distractor para obviar lo que en nuestro país pasa con miles de habitantes de poblaciones enteras que han tenido que huir para salvar la vida.
Para terminar por convertirse en parias en su propio país.