Chicotazos

Sofío, el PRI y los bules viejos

Por Francisco Javier Flores V.

Bastante desesperado anda el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Acapulco, luego de que cada día se resquebraja aún más, sus militantes se alejan, personajes ligados a él se retiran y existe el riesgo latente de que incluso representantes populares y ex candidatos abandonen sus filas en busca de nuevos horizontes, antes de que ese barco termine de hundirse.

Por eso es entendible el nerviosismo del presidente del comité municipal, Sofío Ramírez Hernández, que en aras de ganar notoriedad se había venido dedicando a criticar todo lo que huela a Morena, en un claro intento de colgarse del partido que actualmente domina el escenario político y que en Acapulco le ha propinado en las últimas dos elecciones municipales soberanas palizas.

El problema para el oriundo de Tlalixtaquilla es que, en ese afán de atraer reflectores que saquen al PRI de ese hoyo en el que se encuentra, tuvo la ocurrencia de retar a un debate –cara a cara- con algún representante de Morena, con el pretexto de los dislates de la alcaldesa Abelina López Rodríguez. Seguramente pensó que nadie le haría parada, que le tendrían miedo a enfrentar a alguien que ya tuvo varios cargos de representación popular, pero se equivocó.

La cuerda que tiró fue mordida por un pargo acapulqueño colmilludo, como lo es el diputado local Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla, quien sin amedrentarse alzó la mano y se dijo dispuesto a confrontar ideas con el personaje que, por cierto, debe el último cargo de representación que ha tenido, el de senador, ¿a quién creen?, nada menos que al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Fue evidente que ese lance no se lo esperaba Sofío Ramírez; como coloquialmente se dice en el argot de la pesca, Jacko Badillo “le reventó la línea” al salir a dar la cara por Morena, y en el grupo de whatsapp donde venía promoviendo el debate de inmediato el priísta cambió la estrategia, se sacó de la manga reglas a modo para que se llevara a cabo y “convocó” a participantes de otros partidos. En palabras costeñas, “le sacó” a debatir solo con el diputado Badillo.

Es así que ahora Sofío anda echando al ruedo a representantes afectos al circo como Ramiro Solorio, de Movimiento Ciudadano; Alejandro Reyes, el de la sorprendentemente larguísima huelga de hambre en las escalinatas del Ayuntamiento de Acapulco, hace algunos años, entre otros, y tratando de convencer a los dirigentes del PAN y PRD para que le hagan el caldo gordo, convertirlos en viles bules viejos para poder nadar.

Tanta es la desesperación del presidente del PRI, que como último recurso y para comprobar que la idea es “vapulear” a Morena, entró en tratos con el conocidísimo antimorenista Sergio Montes Carrillo, cuyo discurso por sí solo lo ubica prácticamente fuera de ese partido. ¿Va a defender Sergio al partido de Andrés Manuel López Obrador? Obvio que no.

El PRI, como ya se dijo, en Acapulco es un partido que cada vez más se apaga, se desvanece y se enfila irremediablemente al exterminio. Colgarse de Morena es un intento desesperado por jalar, así sean pequeñísimas, bocanadas de aire. Vale.

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