• Figueroa, y lo que dice…
SIN RODEOS, SIN MEZQUINDADES, SIN DOBLE SENTIDO, lo dijo bien claro el exgobernador Rubén Figueroa Alcocer hace unos días: hay que ayudarle a la gobernadora (Evelyn Salgado Pineda), a ser solidarios con el gobierno. Hay que ayudarnos todos. Yo estoy haciendo lo que tengo que hacer y puedo hacer. Más aún, dijo que hay que darle tiempo, a la gobernadora, para que entregue resultados, a pesar de que en Guerrero no hay tiempo para aprender.
Hombre polémico, reconocido por unos y otros, incluso por aquellos con quienes en el pasado han sido adversarios políticos, como el hoy senador de la República, Félix Salgado Macedonio, padre de la actual gobernadora, a quien la ganó la elección cuando aquel contendió por primera vez (1993), indudablemente que sabe de lo que habla. Dice también sobre la situación actual en el estado: no sólo hay que criticar por criticar.
Hace unos días cumplió 82 años, y como pocos que tienen esa edad, es un hombre lúcido, fuerte y sereno. Rodeado por la cúpula del PRI, su partido, compartió con sus amigos junto a quien es hoy su eficiente secretario particular, Gerardo Lara. Al festejo asistieron, entre otros, el excandidato a gobernador Mario Moreno Arcos, y los diputados locales Jesús Parra García, Ricardo Astudillo Calvo, Rafael Navarrete Quezada, Olaguer Hernández Flores y Héctor Apreza Patrón, entre otros, así como los exdiputados Héctor Vicario Castrejón y Fermín Alvarado Arroyo.
Para muchos guerrerenses, miles de guerrerenses, Rubén Figueroa Alcocer ha sido uno de los mejores gobernadores del estado. Al igual que su padre, el también gobernador Rubén Figueroa Figueroa, transformó Guerrero. En gran parte del estado, aún puede apreciarse la obra pública realizada por su gobierno. Sin embargo, ocurrió lo de Aguas Blancas, aquel fatídico 28 de junio de 1995, lo que lo obligó a renunciar al cargo, incluso a pesar de que el presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, era su compadre, siendo relevado en el cargo por quien entonces era el presidente del PRI Guerrero, Ángel Aguirre Rivero.
Sin embargo, si bien dejó la gubernatura, nunca dejó de hacer política, y en consecuencia, de tener una amplia influencia en el estado e incluso en los gobernadores que le han precedido. Así, como bien dice, “siempre he ayudado a los gobiernos que ha habido, no sólo a los del PRI, a todos y siempre”, incluyendo al que encabezó Zeferino Torreblanca, de tal forma que “no podremos hacer una excepción ahora; no hay qué prejuzgar, hay que siempre dar el beneficio de la duda a todo mundo y ser solidario, honesto y limpio para el trabajo. No criticar por criticar”. La entrevista, hay que decirlo, fue realizada por El Sur.
“¿La situación actual es diferente a cuando usted gobernó?
Hay mucha diferencia. Hoy la vida y la vida del país, la vida de Guerrero y la vida de la sociedad es otra. Tenemos que ser solidarios con el gobierno, con nuestro pueblo y con todos nosotros, unidos para buscar que se serene Guerrero, por los caminos que se tenga que hacer”.
Es indiscutible que hay que hacerle caso. Y es que no sólo conoce, como pocos los entretelones del poder, sino los mismos problemas que aquejan al estado. Más allá de partidos, de intereses de grupo o de otro tipo, está el interés superior que es Guerrero. La campaña quedó atrás, y quienes perdieron la elección, así lo entienden, tanto que el excandidato de la alianza PRI-PRD, le ha deseado a la gobernadora actual, sus mejores deseos para que realice un buen gobierno, pese a los ataques que ha llevado en su contra.
La cuestión es que si los actuales gobernantes del estado, lo entienden. El PRI, y el PRD, ciertamente no están muertos. Los cuatro puntos porcentuales de la elección del 6 de junio pasado no son nada, y más cuando ambos partidos gobiernan la mayoría y los más importantes municipios del estado, a excepción de Chilpancingo y Acapulco.
Hay que decirlo. Gobernar Guerrero no es nada fácil, de ahí que se requiere el concurso de todos, como bien lo dice Figueroa Alcocer que, quiérase o no, sigue siendo un punto de referencia en el estado. Puede a muchos no caerles bien, pero es un hecho que lo que dice y hace, de una u otra forma incide en este suelo suriano.
Sí. Guerrero requiere a todos, más allá de quién gobierne el estado. Quienes perdieron la elección pasada, así lo entienden. Desde el excandidato Mario Moreno Arcos, quien ha tendido su mano, su experiencia y su trabajo para que le vaya bien al estado, hasta los diputados del PRI y PRD en el Congreso local; el problema es que todo indica que la gobernadora y su padre no lo entienden. Y hay que decirlo, en política no hay ningún cheque en blanco.
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