El Voyerista

• ¿Un Acapulco digno?

Por Alfredo Guzmán

Este fin de semana acudí al puerto de Acapulco a un evento que fui invitado. Conozco el puerto desde que a los 10 años, el dueño del taller de herrería donde laboraba me llevó a un partido de fútbol, de la selección mexicana, contra Canadá en Toluca. Cuando México era el gigante de la Concacaf y no el remedo de ahora.
Al término del partido, ya picados quienes lo acompañaban, enfilaron a Cuautla, Morelos a ver chicas. Me sorprendió ver en una zona que llamaban roja, cientos de casas todas iguales, con un anafre con una cubeta afuera y unas muchachas y señoras sentadas en sillas reclinables y con poca ropa.
Me metieron de contrabando, Yo era el chalán, el que hacia los mandados y compraba los cigarros. Saciada su sed, porque eso me dijeron, que uno propone, “Vámonos a Acapulco” Y allá vamos. El auto un Ford Falcon 64 de 8 cilindros, volaba bonito, devoraba kilómetros.
Cuando llegamos a Iguala, a un costado de la carretera, había un restaurant que se llamaba Vaca Negra y que me bajo a orinar. Cuando estaba terminando, que veo una bola en el suelo y al quererla agarrar, que salta y que grito. Era una rana descomunal. Las que conocía, cabía en mi mano. Esa no. En la madrugada llegamos a Acapulco y que me llevan a Caleta. Lloré de emoción.
Conozco todos los Acapulcos, desde que ya pude trasladarme solo, lo caminé de arriba abajo. Era cliente de las distintas quintas, de la zona roja y del Acapulco del jet set.
Terminando la autopista, empiezan los baches.
Antier que circulaba por la Ruiz Cortínez, volví a llorar. Me dio pena el basurero en que se ha convertido la zona de hospitales y el drenaje que emerge de las coladeras. A los pocos meses de que Adela Román, terminara su periodo, se le ocurrió, porque no hizo ninguna obra, que debía hacer un puente que hoy está a medio terminar.
La zona es un caos. El alumbrado, patético. Las calles con cientos de baches.
Molesto ví cómo la gente brincaba charcos de aguas negras en plena costera. Frente a la Gran Plaza. Y el aroma, sin igual. Coladeras sin tapa y baches en vías rápidas, que son de Ministerio Público. Hay baches de 30 centímetros de profundidad frente al Fórum Mundo Imperial, al ingresar al macro túnel y como 4 coladeras sin tapa con baches juntos en la Escénica.
Basura por todos lados.
Quiero preguntarme, si cuando Adela Román dejó tirado Acapulco, con la inseguridad a flor de piel y el terror de las bandas que se disputan todo. La gente supuso que había que premiar a Morena.
Las colonias populares sin agua, sin alumbrado, sin bacheo, sin seguridad, llenas de basura.
Nunca, ningún gobierno priista ni perredista, tenía tan abandonado al puerto de Acapulco.
Tengo cientos de amigos y compadres en el puerto. Todos son dignos, pero lo que le están haciendo las autoridades estatales y municipales, al puerto de Acapulco y a su gente es indigno.
El estado de Guerrero no se lo merece. La gente del lugar menos, los turistas, que contra viento y marea, siguen llegando, menos.
Las muertes en pleno día, las ejecuciones, la quema de autos y camiones, que suponemos es parte de las presiones al transporte, se hace con toda impunidad.
Los delincuentes se burlan de las autoridades, todas. A nivel federal, estatal y municipal.
No hay coordinación, ni confianza.
Lo que ocurre en Acapulco, se replica en Chilpancingo, aunque acá, un poco ha aminorado el problema de la basura en las calles,.
Y han encontrado la fórmula, de que con circo los fines de semana, la gente se distrae.
Ya se anunció que se venderán las camionetas blindadas, quizá para comprar nuevas.
Con esta inseguridad, nadie querrá ser Secretario de Finanzas, Seguridad Pública o Fiscal, en camionetas comunes.
Toda la familia real, carga camionetas blindadas y flotilla de seguridad, en este momento.
Pero el tema es Acapulco. Sin temor a equivocarme, observo que es posible fincar responsabilidades como funcionarios públicos, a quienes diseñaron construir un puente a los pocos meses de terminar su periodo. Y dejarlo a medio construir.
También fincarles responsabilidades como funcionarios a las anteriores y actuales autoridades municipales, por la falta de agua, de seguridad, de servicios públicos y de la corrupción que empieza a aflorar en la seguridad vial y de seguridad pública.
Supongo, porque no veo claro o acaso traeré lentes oscuros, pero no veo su plan, su proyecto, su estrategia en ninguna área.
Acapulco que es la joya de la corona en cuanto a gobierno municipal, vive en la deriva. Chilpancingo y ya varias zonas de Guerrero, empiezan a mostrar la cara de la improvisación.
Hace tres meses, Guerrero, estaba en otras condiciones.
Los índices, ahí están. Este gobierno, debe mostrar de qué está hecho.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *