El Voyerista

• ¿Bienvenido señor Presidente?

Por Alfredo Guzmán

Toda visita de altos dignatarios o funcionarios de primer nivel, es bienvenida al estado de Guerrero.
La de un Presidente de la República más, sobre todo cuando se entiende que viene a anunciar programas, proyectos de desarrollo o acciones que vayan trazando el futuro de un estado, que ha tenido un trato injusto.
En dos días de visita a Guerrero, del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha tenido sin duda repercusiones importantes, al menos en el discurso.
El anuncio más llamativo es aquel que establece una inversión millonaria para la montaña. 100 millones de pesos es una cifra grande, pero cuando se anuncia que será para obras carreteras de 22 municipios, entendemos que les tocará de 4.5 millones de pesos a cada municipio.
Servirá para un puentecito o unos 600 metros de calle. No más. Con todo y que lo construyan los vecinos del lugar.
En Argentina, Brasil y Bolivia, se asegura que un kilómetro de carretera, cuesta un millón de dólares.
El anuncio de fortalecer los programas emblemas de la 4 T en Guerrero, sin duda tiene un profundo mensaje político. Económico, no.
Organismos internacionales y el Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (INEGI), aseguran que la pobreza en todo México, ha crecido en los últimos tres años.
Y si en tres años, se han venido reduciendo las aportaciones a los estados, en Guerrero, el pasado gobierno estableció que se le redujeron 1400 millones. Hoy, no se anuncia, que esos recursos serán reintegrados, por lo que la visita, más bien parece de saliva y de promoción electoral.
El hecho de que se reúna el gabinete federal en pleno en Chilpancingo, es turismo de gabinete.
Anuncio importante sería que se diera el banderazo para el inicio de la autopista Oaxaca, Michoacán. Hasta yo aplaudiría y me quitaría el sombrero.
Aunque la hicieran las constructoras de los hijos del presidente.
Es importante saber que 60 mil familias en Guerrero gozan del beneficio de un programa.
Cada programa tiene aportaciones de 2500 a 5000 mensuales. Con eso no vive nadie. Pero se convierte en una aportación que moralmente obliga a agradecer. Y este agradecimiento, va implícito a cambio del voto, para que no se lo quiten.
El apoyo va dirigido a los más pobres. Lo cual es bueno, pero insuficiente.
Si no hay crecimiento económico, social, educativo, laboral, salud o de infraestructura carretera en cualquier estado que visite el presidente, cualquier anuncio es atole con el dedo.
La pandemia ha desnudado a este gobierno.
Los estados y municipios del país, vivirán los meses más críticos, luego de que los recursos de los cientos de fideicomisos expropiados se acaben. Y el petróleo no tenga un costo adecuado.
El gobierno federal, requiere dinero para sufragar sus programas y obras emblemáticas, como Tren Maya, que avanza destruyendo la poca selva y sitios arqueológicos que hay en esos estados del sureste.
El aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos bocas. El aeropuerto, es una obra sin conexión con el de la Ciudad de México y la refinería camina en contrario a la generación de energías limpias que reclama el mundo.
Por ello se busca que hasta los jóvenes de 18 años, paguen impuestos.
Fue necesario que iniciara el nuevo gobierno en Guerrero, para realizar una visita con anuncios mediáticos, que dicen mucho, pero de los cuales se hace alharaca, porque no hay más.
La inseguridad, la violencia, los reclamos sociales y la falta de expectativas laborales y de salud, son elementos que ponen en riesgo la estabilidad social de todo estado.
La impunidad a los amigos del presidente, como Carlos Slim, quien construye la línea 12 sigue tan campante sin hacerse responsable de nada.
Y de la corrupción de la familia del presidente, igual, pero a sus enemigos, se aplica la ley.
¡Viva México¡, ¡Viva Guerrero¡, ¡Viva Evelyn y su papá Félix, quienes gobiernan Guerrero.
Enhorabuena.

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