• ¿Chocoaventuras legislativas?
Por Alfredo Guzmán
Hay de todo en la viña del señor. Pero en la política, hoy se han puesto de moda los políticos “chaqueteros”, que no son otra cosa que quienes se cambian de chaqueta conforme cambia el aire y se quitan la que traen puesta y amanecen con otra de color distinto.
Ayer eran del Partido Revolucionario Institucional (PRI), vino la ola “democrática” se fueron al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en un tris, llegan otros vientos y amanecen con chaqueta color guinda.
Nada nuevo pues. Porque no tienen principios, tienen intereses. O sea, son los mismos, sólo que ahora hasta caminan distinto y hablan diferente.
Y desde su nueva trinchera atacan a quienes no dieron el salto a tiempo y les gritan “corruptos”, cuando ayer eran del mismo grupo. Cosas veredes, Sancho.
O los hay quienes nunca en su vida tuvieron relación con la lucha social, o con algún movimiento de tipo político, pero sus familiares si, y se montan en ello. O que en un acto audaz, quieren enrollarse en una bandera y arrojarse a la alcantarilla, para gritar que fueron agredidos o amenazados.
Lo que los distingue es un afán protagónico que tiene todo de búsqueda de reflectores, pero que actúan desde su ignorancia y nunca desde la información.
Y así ha sido siempre, pero me voy a remitir a ejemplos cercanos, para no perdernos en el bosque de la historia.
Recuerdo que en la Legislatura pasada, cuando apenas se acomodaban en sus curules y aún no cobraban los 320 mil pesos que reciben, en ocasiones por no hacer nada. Surgen unas gráficas en un periódico de circulación nacional (Milenio), que hacía público que el Fiscal General de Guerrero, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, estaba estrenando residencia en el fraccionamiento Costa Azul, de Acapulco, con un costo de más de 10 millones de pesos.
Varios diputados y diputadas del partido mayoritario, con lanza en ristre, reclamaron a grito pelón, que eso no era posible, pues era evidente la corrupción que hacía gala el susodicho.
Hoy, algunas diputadas y diputados, adquirieron casas del mismo tipo y han dejado de gritar.
Sin fuente, sin datos, sin registro de compras, sin constancia del Registro Público de la Propiedad, exigieron ipso facto, la comparecencia del acusado en el área de la nueva Santa Inquisición. (Congreso). O su renuncia. Querían poner a alguien afín.
No voy a realizar una crónica del ridículo que hicieron, pero fue de pena ajena. Exhibidos, por su incapacidad de entender que no son más que nadie, sino simples mortales con inmunidad temporal, pero carentes de información o de asesores que les indiquen el alcance de sus capacidades, se convierten en sus primeros días en chivos en cristalería.
Pero hay que decírselos, para que se controlen o alquilen, un buen asesor o asesora.
Y todo por ignorantes, por bisoños y por suponer que siendo diputados (as) pueden involucrarse, incursionar o reclamar de todo y a todo.
Hoy que leo y escucho diferencias entre la Secretaria General de la sección 36 del Sindicato de Salubridad y Asistencia Beatriz Vélez y la diputada de Morena,Yoliczin Domínguez Serna, quiero entender y tengo la obligación de establecer que no debo intervenir, pero siempre me gana la incapacidad de dejar hacer, dejar pasar.
Siempre es bueno querer saber cómo, de qué manera y cuánto es el recurso que maneja una delegación sindical. Pero desconocer que la independencia sindical y las cosas que ocurren ahí, son potestad de quienes pertenecen a ello, es una obligación.
Aunque hay formas de saber lo anterior, hay formas de pedir la información.
Si la diputada ha sido amenazada, debe poner su denuncia y no andar haciendo alharaca ni utilizando foros ni tribunas, que tienen otra función.
Si su ignorancia es grande, puede preguntar, primero.
Si le niegan los datos, puede acudir a las instancias sindicales correspondientes. No hay otra forma.
La transparencia se rige con elementos establecidos en las normas. Si las desconoce, debe informarse.
La ASF no tiene injerencia en la vida sindical de la SSA. Si tiene pruebas, debe presentarlas para que se conozcan los datos que denuncia de corrupción.
Es decir, no hay que andar brincando, estando el piso tan parejo y evitar que surjan versiones de que muchos y muchas personas políticas, hablan, casi siempre desde su ignorancia y no desde su información.
Y ante el reclamo de que haya auditorías en áreas ajenas, bien puede mostrar las auditorías que se han realizado en el Congreso, por reclamos de corrupción de sus propios compañeros de sector y de partido, que acusa a diputados de Morena, quienes se manejan en total impunidad, pues no hay quien fiscalice a los fiscalizadores.
Un abrazo.