“No nos abandone”, le dicen a Adela Román en El Playón

• Crónica de un recorrido por la zona rural de Acapulco, tras el sismo del martes 7

Por Francisco Javier Flores V.

EL PLAYON, Gro., 9 de septiembre del 2021.- La voz de don Ismael Torres Noverón, uno de los principales del pueblo, llevaba implícito más que un reclamo, un dejo de esperanza: “Le pido por favor que no nos abandone, que no nos deje solos, porque de verdad necesitamos de su apoyo”.

En la cancha central de El Playón, también conocido como Pueblo Madero, la presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, escuchó de todo. Desde el reclamo airado de un ciudadano que preguntó por qué tenía que ser así, a través de la desgracia, para que el pueblo pudiera volver a ver a sus autoridades, hasta la súplica de una madre que imploraba ayuda para reconstruir la casa de su hijo minusválido que sufrió pérdida total.

Desde la amenaza velada de que si no había respuesta a las demandas los pobladores volverían a bloquear la carretera, pasando por palabras de agradecimiento de ciudadanos que la vieron llegar con esperanza, hasta el arrepentimiento de aquel vecino que en un principio dijo que no querían despensas porque las consideraban “una ofensa”, que lo que les urgía era el restablecimiento de la energía eléctrica, pero ya más tranquilo dijo “que siempre sí, pues, se las vamos a recibir”.

Eran poco menos de las 12 del día de este jueves cuando la alcaldesa porteña arribó a la comunidad ubicada a la vera de la carretera federal México-Acapulco, como inicio de una gira de supervisión respecto a los daños ocasionados por el sismo de 7.1 grados ocurrido la noche del pasado día 7, recorrido que, por cierto, no arrancaría ahí sino en un pueblo vecino.

Y es que, en el camino, después de salir de Acapulco, fue informada que los habitantes de ese poblado, famoso hace muchos años por la fábrica de postes de concreto que ahí existía, habían decidido bloquear la carretera, desesperados porque a dos días del siniestro no habían recibido ningún tipo de ayuda y estaban sin luz ni señal telefónica.

Junto a su comitiva, integrada por el secretario General Ernesto Manzano, el coordinador de Protección Civil, Cuauhtémoc Gayosso; la presidenta del DIF Municipal, Malena Godoy; la directora de Comunicación Social, Guadalupe Rodríguez, entre otros, así como una síndica y algunos regidores, Adela Román decidió tomar al toro por los cuernos y en menos que canta un gallo convenció a los manifestantes que liberaran la vía, restableciéndose de inmediato la circulación de decenas de vehículos que se encontraban varados en ambos sentidos.

Ya en reunión con un numeroso grupo de vecinos encabezados por su representante Silvestre Hernández, la presidenta fue enterada de que tan sólo en esa comunidad había alrededor de 20 viviendas destruidas en su totalidad, más daños parciales en muchas otras, pero que también en pueblos cercanos como el Paraje de la Zorra, Puente de Fierro, Las Tortolitas, en donde por cierto lamentaron el deceso de una persona.

Con atención, la autoridad municipal escuchó, entre otros, a los señores Atilano Nava y Mario Márquez Rosales, así como el desgarrador relato de doña Leticia Cabrera Nava, la del hijo discapacitado que perdió completamente su vivienda. Todos ellos desesperados, con la incertidumbre reflejada en sus rostros ante la magnitud de la tragedia, pero también con la esperanza puesta en su gobernante que a menos de tres semanas de que deje el cargo, sigue pendiente de su pueblo.

Además de los apoyos alimentarios que llevó por medio del DIF, y que en un principio se negaban a recibir, la alcaldesa les explicó la magnitud del problema en todo el municipio y otras partes del estado; les contó que al igual que ellos, su familia también estaba durmiendo en los patios por el miedo a un nuevo temblor; que en el puerto había igual muchos daños, incluso en la zona turística, pero que se estaba haciendo lo humanamente posible por dar respuesta, con el apoyo de los gobiernos estatal y federal, pues el municipio difícilmente cuenta con los recursos para atender este tipo de desastres.

No obstante, estaba ahí, organizando los padrones de afectados, citando con urgencia a Acapulco para este viernes a comisarios, delegados y demás autoridades comunales para diseñar un plan de acción, con base en los padrones de afectados de todos los pueblos que ellos les lleven, con el asesoramiento de Protección Civil. Estaba ahí, pues, dando la cara, a pesar de que sólo le quedan unos días para entregar.

Y franca como es, no se quedó con las ganas de decirles que para ella hubiera sido fácil hacerse la desentendida, con el argumento de que “al cabo ya se va”, y dejarle el problema a la próxima autoridad municipal, pero no.

Lo dijo ahí, en El Playón, y lo repitió en Puente de Fierro, en Las Tortolitas, en San José, en Xaltianguis y el Kilómetro 40, pueblos que abarcaron el recorrido y que como en casi todo el municipio también sufrieron daños: “No los vamos a abandonar; nunca lo hemos hecho y no lo vamos a hacer ahora”.

En medio de la gente, don Ismael Torres asintió con la cabeza y sonrió, dibujando en su rostro un gesto de esperanza…

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