• ¿Las tribulaciones de un gobernante?
Por Alfredo Guzmán
En días pasados en la entrega de 706 estímulos a la jubilación docente, el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, hacía reflexiones sobre el estado que encontró a su llegada como gobernante, el cual calificó de una gran ingobernabilidad y ahora que termina a 52 días “me iré en medio de una gran crisis de salud, aparejado a la educación, porque las clases han continuado en la televisión… y ahora tenemos la opción de regresar al aula”.
Su preocupación es válida, luego de que hay un gran debate de cómo, porqué y en qué condiciones se retorna a las clases presenciales o si se mantiene como está. En medio de una gran crisis sanitaria que afecta todo, hasta la economía que sigue disminuida.
Y en sus reflexiones hace mención de que le hubiera gustado terminar en otras condiciones, luego de que la recuperación se estaba dando bien, pero la tercera ola vino a provocar otra afectación, ya que el año pasado se habían perdido sólo en Acapulco 15 mil empleos y cuando iniciaba la recuperación la presión aumenta, como parte de la pandemia, que no cede.
Le hubiera gustado terminar con un buen empleo en turismo, regresaron los cruceros, los vuelos el aeropuerto nuevo y las obras nuevas que tiene que ver con el turismo, van avanzando.
Cuando regresa a lo que es ser gobernador, indica que “es un trabajo de muchas horas, en el tema de la educación, de la seguridad, un gobernador que debe estar checando que las obras públicas vayan bien que se cumplan que se hagan, donde hay muchas limitaciones”. Y se pregunta “¿por qué hay muchas limitaciones económicas en el país?” Y se responde.
“El gobierno federal estableció hace años el Fondo de Estabilización, ¿qué es el fondo de Estabilización?, es el que surtía el dinero que llega a los estados y municipios, un ejemplo, si al estado de Guerrero, le, tenían que llegar 100 millones de pesos para pagar la nómina de los trabajadores y todos sus compromisos, pero porque no se reunían las bolsas de lo que se junta del IVA, del impuesto sobre la Renta y de todas las participaciones y en lugar de llegar 100, me daban 75 los otros 25 millones de pesos, el fondo de estabilización entonces íbamos más o menos. Tenemos un año y medio sin fondo de Estabilización y eso nos está ocasionando pues que cada vez que llegan menores participaciones, ya no hay manera de cómo recuperarlas”.
“Es por eso que en los municipios y en los estados, no en Guerrero en todo el país, ya no existe el Fondo de Estabilización, es por eso que todos los gobernadores y los presidentes municipales siguen haciendo los gastos, digamos muy apretados, menores, pero al final de cuentas el dinero que llegaba, ya no llega.”
Y ni llegará y eso es parte del problema que deberán enfrentar ahora quienes van a ser los nuevos gobernantes. No hay recursos, no hay inversión, no hay apoyos y la situación para los municipios y los estados del país, será cada vez más crítica.
Derivado de que no hay crecimiento, no hay inversión, no hay trabajo y los fideicomisos que existían para muchos rubros, incluido el Fondo para los desastres, no existe ya.
Los gobiernos estatales, los municipios de todo el país, entrarán sin duda a una condición complicada y vendrán los reclamos, vendrán las acusaciones y las aclaraciones, que derivarán de una falta de recursos financieros en todos los ámbitos.
Si se trata de hacer campaña, puede funcionar un tiempo, eso de culpar al pasado. Pero para hacerlo más creíble deberá haber denuncias en caso de que descubran malos manejos, desvío de recursos o por cualquier otra situación.
Y como todo gobernante que sale, tiene tiempo para aclarar todos los manejos financieros, y en el ínter puede haber mucho ruido. Pero quizá, pocas nueces.
Por eso entiendo al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores cuando quizá con nostalgia de un plan que no concluye como hubiera querido, casi termina un periodo de gobierno, con acciones reducidas, porque reducido fue el presupuesto al final del camino.
Pero en paz, en tránsito de una sucesión sin sobresaltos, hasta el momento.
A diferencia de como él recibió el estado de Guerrero, con paros laborales, violencia permanente, edificio quemados y violentados. Grupos sociales en rebeldía, derivado de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, profesores disidentes en permanente movilización, con bloqueos de carreteras, ciudades raptadas y sociedad en zozobra permanente.
Hoy, de esos eventos trágicos que ocurrieron hace 6 años, sólo queda en el anecdotario, de algo que nunca más deberá suceder.
Un gobernante que termina, como pocos en Guerrero, en paz. En un estado, donde la mayoría de los gobernantes no ha terminado su periodo. Un nuevo gobierno que ingresa y que inicia a realizar eventos, foros y consultas, para armar un rompecabezas que no termina de armarse, pero que empieza a caminar.
Enhorabuena para el gobierno que termina y para el que inicia.
Y queda para el anecdotario, las tribulaciones de un gobernante que recuerda su aventura cuando llegó y que en muchas formas, pudo haberle costado no terminar bien. Pero que se va tranquilo.
La sapiencia, inteligencia, capacidad de concertación y alianzas realizadas, pudieron más que el caos que algunos promovían, para no dejarlo trabajar. Y luego de solventar las tormentas y asonadas fallidas, llega al final de una misión, que mañana la sociedad puede valorar si la cumplió o no.