• El fracaso de la consulta popular
• Perdió el presidente y su partido
De Julio Ayala Carlos
CON TODO Y LO QUE DIGAN EL PRESIDENTE, los dirigentes de Morena y las mascotas de ese partido, lo cierto es que la consulta de este domingo, 1 de agosto, fue un total y rotundo fracaso, no para la sociedad, sino para el propio Presidente de la República y su partido, que, hay que decirlo, recibieron un portazo en la frente y los pone ante la cruda realidad cuando se vote el referéndum sobre si debe irse en el 2022.
Y es que, hay que puntualizarlo, ni siquiera votaron los seguidores de Morena, es decir, los del partido del presidente en la consulta de este domingo que, también hay que decirlo, ni fue popular ni nada por el estilo, pues quienes la idearon e impulsaron fue el propio presidente, incluso hasta un día antes de que se llevara a cabo.
Así que aunque la consulta popular, que ya se contempla en la Constitución General, es un instrumento ciudadano de participación social, como parte de la democracia participativa, la de este domingo no fue tal, de ahí su fracaso, como consecuencia de su escasa, más bien pírrica votación.
Sí. Ha sido el presidente y su partido quiénes al fracasar la consulta, perdieron al pretender movilizar al país en una ocurrencia que no tiene razón de ser, es decir, al poner a consulta si se aplica o no la ley a los delincuentes, cuando el propio mandatario federal está obligado a cumplirla, tal y como lo juró al tomar protesta como Presidente de la República.
Así es. ¿Para qué poner a consulta si se aplica o no la ley cuándo está obligado a cumplirla? ¿Qué caso tiene consultar al pueblo si se debe castigar a los delincuentes cuando la ley es muy clara?
Hay que decirlo. Nadie en este país está en contra de que se aplique la ley, o de que se enjuicie y encarcele a los delincuentes, sean o no expresidentes de la República, salvo los cómplices o familiares de éstos como lo hemos dicho aquí, de tal forma que idear e impulsar una consulta para preguntarle a los ciudadanos si se hace o no, no sólo es un despropósito, sino una tomada de pelo para los mexicanos.
Por eso es que la ciudadanía no salió a votar este domingo, con todo y que como en la elección del 6 de junio pasado se utilizaron los programas sociales como forma de coacción para que saliera a votar en un asunto que no tiene motivo, pues está en manos del presidente si se aplica la ley o no.
Por supuesto que la consulta popular es una herramienta de la sociedad para discutir asuntos de gran relevancia para el país, pero cuando hay una legislación al respecto, no tiene razón de ser, como aplicar o no a los delincuentes, sean o no expresidentes como lo quiere, aunque diga que no, el actual mandatario federal.
En fin, con un 7 por ciento de participación del padrón electoral, la consulta fue un total fracaso, pues para que los resultados de la misma sean vinculantes, es decir, para que tengan efectos jurídicos, se requería al menos el 40 por ciento.
Hay que decirlo. No perdió el país con la consulta de este domingo, o mejor aún, con los resultados, sino quienes desde un principio la idearon e impulsaron. Sin duda, en el futuro, habrá mejores temas para llevarlas cabo, en vez de ocurrencias que no tienen sentido.
A propósito, el año próximo está en puerta una nueva consulta, o referéndum, en la que se preguntará a los mexicanos si continúa o no en el cargo el Presidente de la República. Hay que decir que al igual que la de éste 1 de agosto, fue ideada por quien hoy manda en el país.
Mientras tanto, este lunes veremos qué dice el presidente en su mañanera, y a quién le echa la culpa, aunque ni duda cabe que al INE, a los periodistas y medios de comunicación, y claro, a los conservadores, en tanto Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, ni duda cabe que están muertos de la risa y burlándose de ya saben quién.
Cosas veredes… y lo que falta…
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