• Igor del PT y su propuesta de vender marihuana en Acapulco
Por Roberto Santos
Ser ignorante puede ser tolerable para ciertas personas mientras no afecte a nadie, pero que ese individuo sea candidato y salga a decir frente a los medios de comunicación que una de sus mejores propuestas es regularizar la venta y consumo de marihuana, es para ponerse a dudar de su salud neuronal.
Es el caso del candidato del PT a presidente municipal de Acapulco, un tal Igor Aguirre Vázquez y algunos suspirantes a diputados.
Como ya todos saben, el PT lo creo Raúl Salinas de Gortari, con una idea de hacerlo de izquierda, sin embargo con el paso del tiempo su base ideológica se ha desdibujado y se ha vuelto acomodaticio dependiendo de la coyuntura electoral.
Y en Guerrero, con el líder que tiene, ha adquirido más el perfil de empresa familiar, cuyas ganancias se reparten entre una camarilla dirigente.
Pues resulta que el tal Igor salió a decir que una de sus más importantes propuestas de campaña es regular el consumo de mariguana en el puerto de Acapulco, donde el ayuntamiento tendrá la capacidad de crear espacios de venta y consumo, para el turismo y para los acapulqueños, así como cuidar que en estos no se les expenda a menores de edad.
Esa propuesta muestra la ignorancia del tipo acerca de los problemas que padece la ciudad que pretende gobernar.
O es mucha su ingenuidad que de plano no calibra el disparate que propone.
Igor habla de millones de pesos y miles de empleos que se obtendrán por regular el consumo de marihuana.
Pero eso no deja de ser una mera fantasía en su loca cabeza.
Igor ignora deliberadamente que esta ciudad no necesita una propuesta descabellada como esa, porque las drogas circulan sin control alguno por todos los rincones de Acapulco y justamente ese negocio es lo que mantiene la inseguridad en las calles, pese a los esfuerzos que el gobierno del estado realiza.
Veamos por qué no deja de ser una propuesta irracional.
Porque el candidato petista y sus aspirantes a diputados solo imaginan los millones de pesos que podrían ingresar a las arcas municipales al ofrecer cannabis al turismo internacional, nacional y a los pobladores de Acapulco, y cree que van a poder controlar las edades y cantidades a consumir.
Pues no se va a poder, porque los cárteles ya venden todo tipo de drogas a todo tipo de personas sin respetar edad ni condición social.
Venden en las primarias, secundarias, prepas y escuelas profesionales.
En bares, estéticas, estacionamientos, lavados de autos, tiendas, transporte colectivo, taxis, etc.
Y nadie regula nada, pues venden de acuerdo a la capacidad de compra, porque oferta hay en exceso.
Además, como candidato a presidente municipal –y todos los demás– sería más atractivo que propusiera la manera de quitarles a los jóvenes la dependencia a los estupefacientes, porque muchos de los asaltos y secuestros son generados por esta causa, que los obligan a salir a buscar dinero para sus dosis diarias.
Además es el consumo de drogas es un serio problema de salud pública.
Y para que se dé cuenta de eso, basta con preguntarles a varias familias de Acapulco –y de cualquier ciudad– acerca de los serios problemas que dentro de un hogar se generan cuando alguno o varios de sus miembros son adictos a los estupefacientes.
Por eso, lo que la sociedad de Acapulco –y de todo el país– necesita son propuestas serias de gente inteligente que ayude a liberarse del flagelo de las drogas, de la dependencia a las mismas de miles de personas, y de la violencia que su control genera por parte de los grupos criminales.
No se necesita escuchar estupideces, como las que propone ese candidato del PT, partido que también trae su aspirante a gobernador repitiendo sandeces, quien cree que puede gobernar al estado como una empresa personal.
Se requieren propuestas y acciones que generen un cambio cultural que transforme a la sociedad acapulqueña y la lleve a mejores estadios de vida, no proponer mayor consumo de drogas, como una fuente de ingresos para el municipio.
Sin duda ese tal Igor es lo que merece el PT, pero no es lo que necesita Acapulco.