• Inocencia o decencia
Por Francisco Javier Flores V.
La respuesta de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, emitida hoy en la conferencia de prensa mañanera, respecto al caso de Félix Salgado Macedonio, fue sin duda jurídicamente correcta viniendo de alguien que representa a la autoridad.
“Debe prevalecer la presunción de inocencia”, dijo la funcionaria que suple al presidente López Obrador en los encuentros matutinos con la prensa, dejando la postura oficial libre de cualquier sesgo político partidista, como debe ser.
Y es que, en efecto, en el ámbito estrictamente jurídico, y en este caso penal, Félix Salgado Macedonio es inocente de las acusaciones por violación y abuso sexual que tiene en contra mientras la autoridad competente no emita una sentencia condenatoria.
Lo que no entienden quienes defienden a ultranza al llamado “Toro sin Cerca”, es que no es el cuestionamiento a la inocencia de Félix lo que se argumenta para exigir que no sea registrado como candidato a gobernador de Guerrero, sino la decencia y honorabilidad de la que carece.
En política, lo primero que se debe ponderar para que los partidos designen candidatos es que gocen de un buen prestigio y reputación, que sean gente proba, honesta y de buenos principios y moral.
¿Cumple Félix con estos requisitos? Obviamente que no. ¿Por qué ha tenido entonces cargos de representación popular? Pues porque así lo han permitido los mismos partidos, el sistema al que él le ha servido y del que ha sido comparsa, pero justamente eso es de lo que está harta la sociedad, y se supone que por eso votó por un cambio.
Ojo: La gente no votó por Félix esta última elección para que fuera senador. El ya era prácticamente un cadáver político que se montó en la ola del tsunami lopezobradorista y ganó como la gran mayoría de Morena. El mismo lo ha reconocido, así lo ha declarado.
A lo largo de la historia se ha conocido de líderes morales de partidos, de organizaciones, de movimientos. Personajes que son un referente y un ejemplo y aunque ya no estén en cargos de dirigencia, tienen el respeto de las masas.
Félix Salgado Macedonio está en vías de convertirse en un líder o quizá para algunos ya lo sea. Un líder inmoral.
Vale.