- Vía Facebook solicitó apoyo de láminas galvanizadas para arreglar su techo a la asociación civil JACKOmienza, que preside el empresario acapulqueño
ACAPULCO, Gro., 16 de octubre del 2020.- La familia Ventura vive en una de las colonias de las partes altas de Acapulco. Su hogar está ubicado hasta allá arriba, como decimos los auténticos acapulqueños, «donde ni las águilas se atreven»
Agobiados por los efectos de la pandemia del Covid-19, que les ha repercutido en bajas ventas del bolillo que la mayoría de ellos salen todos los días a vender, los Ventura padecen la falta de oportunidades para el sostenimiento económico, deficientes servicios públicos, así como el flagelo de la inseguridad y la violencia, sobre todo en esos lugares marginados donde es común la frase también muy nuestra de que por allá «matan gratis».
Aunado a ello, las inclemencias del tiempo los ha golpeado. Una fuerte lluvia con viento se llevó parte de su techo y de repente se vieron desprotegidos, a la intemperie, con la preocupación de cómo pasar los días y las noches en esas condiciones.
Fue ahí cuando la joven Yoselín recordó que en sus andanzas por Facebook se enteró que «Jacko Badillo, el de Jobamex», andaba apoyando con láminas galvanizadas a familias de escasos recursos que las necesitaran.
«Rápidamente», como dice la chaviza, se puso en contacto con la asociación civil JACKOmienza y fue tanta la fe puesta en esa petición, que hasta se atrevió a retar a sus parientes: «Van a ver, ese Jacko sí nos va a ayudar, cuánto a que viene personalmente a dejarlas», motivada por las publicaciones que el empresario acapulqueño hace cotidianamente en esa red social de internet.
Y así fue. Por eso, apenas unos días después, cuando lo vio subir la empinada cuesta cargando personalmente las láminas, con júbilo y la emoción reflejada en el rostro lo abrazó y casi le gritó: ¡Sabía que vendrías!
La familia Ventura es una de las muchas (miles, se podría decir sin exagerar) de Acapulco en quienes puede percibirse la molestia y el hartazgo por la miseria y la marginación en que viven, pero es también de las que no pierden la esperanza de que las cosas pueden cambiar, sabiendo elegir a los representantes adecuados.
Mientras tanto y por lo pronto, recibieron de Jacko Badillo el compromiso de que, como acapulqueño, siempre estará ahí cuando lo necesiten.