(Carta a Don Héctor)
• Desaparecen los fideicomisos
Mal mensaje del Presidente
Su eliminación afecta a Guerrero
De Julio Ayala Carlos
A TRAVÉS DE SU PARTIDO EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS, el gobierno federal, el del Presidente Andrés Manuel López Obrador, eliminó la existencia de 109 fideicomisos, todos ellos con fines específicos, entre ellos el Fonden, cuyos recursos se utilizaban para la atención de damnificados y acciones de reconstrucción, como consecuencia de terremotos, o el paso el paso de huracanes y tormentas en los estados, incluido Guerrero.
El objetivo, de acuerdo al propio Presidente y sus diputados en el Congreso Federal, es que en ellos hay corrupción. El argumento para eliminarlos, ciertamente es el mismo que utilizaron para eliminar diversos programas, como el Seguro Popular, los Comedores comunitarios y las Estancias infantiles, así como proyectos de gran calado como el Aeropuerto de Texcoco.
Sin embargo, hay que decirlo, hoy como ayer el gobierno federal no ha comprobado, hasta ahora, que en los programas desaparecidos, como los 109 fideicomisos recién eliminados, hayan existido actos de corrupción. Lo que sí es cierto es que el Presidente de la República está ávido de recursos para financiar sus proyectos, como consecuencia de la escasez de dinero en su gobierno, dado que el país se encuentra en crisis.
Es posible que tanto en los fideicomisos hoy eliminados, como en los programas y proyectos desaparecidos, haya existido o existan actos de corrupción, como por cierto se ha denunciado que existe en el actual gobierno federal. En este sentido, lo más sano y sensato, e incluso lo más inteligente es que cuando los programas y proyectos son de vital importancia o han demostrado su impacto social, lo ideal es depurarlos, corrigiendo errores, y fortalecerlos según sea el caso.
Pero no. El actual gobierno, el del Presidente López Obrador, se le hace más fácil desaparecerlos, cuando lo sensato es sanearlos, con el fin de que cumpla con sus objetivos. En el caso del Aeropuerto de Texcoco, nunca se comprobaron los actos de corrupción denunciados como argumento para cancelarlo, como tampoco ocurrió con el programa de comedores comunitarios.
Ciertamente el Presidente de la República puede cancelar programas de gobierno si lo considera conveniente cuando éstos no sirvan. La ley lo faculta. Sin embargo, resulta preocupante su discurso para eliminarlos sin dar prueba de ello, y lo que es peor, cuando no los sustituye por otros de mayor beneficio o impacto. Allí está como ejemplo el Progresa, que a la fecha no tiene sustituto, o el Seguro Popular, transformado en Insabi, que hasta ahora nada más no funciona.
Sí. Preocupa que el Congreso federal, en donde tiene mayoría Morena, el partido del Presidente, junto con partidos aliados, hayan desaparecido, de un plumazo, los 109 fideicomisos y fondos, cuyos recursos tienen fines específicos, como por ejemplo, el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que se utiliza para acciones de reconstrucción y apoyos a damnificados ante desastres naturales. Preocupa también que entre esos 109 fideicomisos se encuentre también el Fondo para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas.
Por supuesto, todos los 109 fideicomisos y fondos desaparecidos son importantes, y en consecuencia tienen su razón de ser, como los destinados a la investigación en sus diversas ramas, como el Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del estado de Guerrero que se utiliza para apoyar la investigación en la entidad, los fondos para el fortalecimiento de la Ciencia y la tecnología, o el Fondo de apoyo social para extrabajadores migratorios mexicanos, y el Fondo Minero, de Gran importancia en Guerrero, entre otros.
Puntualizo. En el caso de existir corrupción, o como dice el Presidente, de que los recursos de estos fideicomisos y fondos fueron la caja chica de gobiernos, lo más sensato e inteligente es sanearlos, y lo que es mejor, aplicar la ley a los corruptos y bandidos del presupuesto, y no irse por lo más fácil, es decir, desaparecerlos. Y es que no solo se debe denunciar la corrupción, cuando exista, sino llevar a los responsables a la cárcel.
Los fideicomisos y los fondos, que como hemos dicho fueron creados para acciones específicas con un presupuesto específico, tienen o tenían la característica de asegurar que esos recursos estuvieran disponibles para cuando se necesitaran, y lo que es mejor, de manera inmediata, pero además, por sobre la decisión del Presidente como se pretende ahora. Más aún, los recursos de los fondos y fideicomisos agilizaban la burocracia.
Hay que decirlo. En el caso de Guerrero, que continuamente es objeto de contingencias y desastres por sismos y fenómenos metereológicos, como el ocurrido en el 2013, con Ingrid y Manuel, que causaron destrozos en gran parte del estado, entre ellos Chilpancingo, resulta sumamente grave la desaparición del Fonden, pues implica que a partir de ahora ya no habrá recursos para la reconstrucción y para apoyar a los damnificados.
Por último. Sin duda el gobierno federal requiere recursos como consecuencia de la crisis económica y la recesión que existe en el país, pero es un mal mensaje que desaparezcan los fideicomisos para echarle mano a los recursos que tenían. Significa también que las cosas no están nada bien en el país.
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