- Bienvenido a Guerrero, presidente
Por Jacko Badillo
Aún sin estar plenamente confirmado, trascendió que este fin de semana estará en tierras guerrerenses el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, particularmente en Acapulco, en lo que sería la primera visita a la entidad después de que reinició sus giras de trabajo por el interior de la república.
Se sabe que viene básicamente a supervisar obras que se encuentran en proceso; sin embargo, más allá de las motivaciones que le traigan por acá, vale la pena hacer un ejercicio de reflexión sobre la inmejorable oportunidad de tener aquí al impulsor de la Cuarta Transformación, sobre todo en tiempos en que como nunca antes se requiere de la unidad de todos los mexicanos si queremos vencer a la pandemia del Covid-19.
Creo que sería muy acertado seguir el ejemplo del gobernador Héctor Astudillo, quien pese a no militar en el mismo partido político, ha procurado siempre mantener una buena relación con el jefe del Ejecutivo Federal, ejerciendo una política de altura, pero sobre todo anteponiendo siempre el interés supremo de los guerrerenses.
Por ello, a diferencia de otros estados del norte del país, gobernados por mandatarios que se han declarado abiertamente contrarios al gobierno federal, López Obrador sabe que viene a un territorio amigo, donde cuenta con muchos aliados que no sólo mantienen cifradas esperanzas en su administración, sino que se han puesto el overol para entrarle a la talacha por este gran país que es México.
Por eso desde el sector productivo local, como gente de la sociedad civil y ciudadanos comprometidos con el desarrollo, particularmente de nuestro amado Acapulco, saludamos esta visita y refrendamos nuestro compromiso de seguir fortaleciendo a Guerrero y a nuestro destino turístico, hombro a hombro con nuestras autoridades.
A nadie convienen la discordia y los pleitos, espero que eso lo entiendan los actores políticos, que no se gana nada jalando cada quien para su lado. En este barco vamos todos y solamente con unidad es como vamos a llegar a buen puerto. Bienvenido señor presidente.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!