- Adela Román: Firmeza y carácter
Por Francisco Javier Flores V.
La decisión de la presidenta municipal, Adela Román Ocampo de pedir la renuncia a la totalidad de los directivos de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, y de paso a la titular de Ecología, de ninguna manera representa un exceso de la primera mujer electa democráticamente para ese cargo, sino como un acto de auténtica gobernanza y de firmeza.
Otros alcaldes en administraciones anteriores, en las mismas circunstancias, nos tenían acostumbrados a que siempre el hilo se rompía por lo más delgado, sacrificaban a cualquier funcionario menor para aparentar que se aplicaban medidas correctivas y los ciudadanos muchas veces se iban con esa finta y hasta aplaudían.
Hoy es diferente. Después de la gravedad del escurrimiento de aguas negras a la bahía detectado hace unos días en la playa Icacos, por cierto una de las supuestamente certificadas como Blue Flag o playa limpia, Adela Román ordenó una investigación a fondo para conocer realmente lo que sucedió, pues todo parece indicar que para ocultar el error los funcionarios pretendieron hacerle creer que fueron aguas pluviales contenidas en un dique que se rompió y fueron a dar al mar.
De hecho, la presidenta municipal ya había dicho que si había responsables por ese hecho actuaría en consecuencia, y eso es precisamente lo que está haciendo, pues a la par del cese fulminante de los directivos de CAPAMA y la directora de Ecología, ha anunciado una auditoría financiera, administrativa y operativa para sanear de una buena vez ese organismo, además de investigar, detectar y sancionar a los inmuebles que emiten sus descargas de aguas negras a la bahía, y a los funcionarios que lo han tolerado o solapado.
Y es que Adela Román se ha asumido como una ciudadana más que siente la problemática que padecen los acapulqueños, pero también como una estadista que sabe que a grandes males, grandes remedios. Nada que ver con aquellos ex alcaldes que cuando no pudieron con temas como el de la seguridad, se pusieron a llorar.
Precisamente, esa firmeza y carácter de la alcaldesa de Acapulco es lo que tiene preocupados a sus adversarios políticos que no alcanzan a entender cómo una mujer pueda tener más temple, más agallas, y lo único que se les ha ocurrido es emprender una serie de ataques al gobierno municipal y hacia la presidenta, por medio de páginas y perfiles falsos de Facebook, exhibiendo su cobardía y poca calidad de hombres, y todo por ganar una candidatura.
Habría que estar atentos ahora a ver qué otros argumentos tienen para atacarla, aunque tal parece que toda esa ponzoña que destilan sus adversarios, lejos de afectarla la ha estado fortaleciendo, al grado de que en el ámbito nacional su imagen se robustece y se perfila entre las mejores posicionadas para ese cargo en donde ya dijo Andrés Manuel López Obrador que «va mujer». Vale.