- La vida no tiene color
Por Jacko Badillo
Después de entrar a la llamada Nueva Normalidad, con la reactivación parcial de las actividades económicas y productivas en Acapulco, en un 30 por ciento, muchos esperábamos y confiábamos en que poco a poco las condiciones se fueran restableciendo y pronto se pudiera lograr lo que tanto hemos venido anhelando las últimas semanas: que los contagios fueran a la baja para que la emergencia sanitaria por el Covid-19 terminara.
Desafortunadamente las cosas no han sido así, por el contrario, tal como lo han advertido las autoridades del sector salud e incluso el gobernador Héctor Astudillo, la situación sigue empeorando y se corre el riesgo de que en cualquier momento el semáforo vuelva al color rojo y se tenga que decretar nuevamente el confinamiento en los hogares y quién sabe por cuánto tiempo más.
Sabemos que la decisión que se tomó de reabrir las playas y algunos negocios, sobre todo en la zona turística, fue motivada por la necesidad de reactivar la economía que se había visto y se sigue viendo severamente golpeada en todos los sectores; por decirlo de alguna forma, el famoso semáforo naranja fue algo así como forzado, con la esperanza de que se acataran las indicaciones al pie de la letra para frenar los contagios.
Sin embargo, debemos de reconocer que muchos de nuestros paisanos siguen siendo reacios a usar cubrebocas, aplicarse gel antibacterial o guardar la sana distancia, y si a ello le agregamos grupos de turistas que se dejaron venir ansiosos a las playas, y han estado disfrutando de nuestro destino turístico pero sin ninguna medida de prevención, pues el resultado es el que ya se ha ha dicho: Estamos al límite de volver al semáforo rojo.
Desde el gobierno municipal se está advirtiendo que se aplicarán medidas enérgicas para quienes no sigan las indicaciones de las autoridades sanitarias; por el bien de todos, esperemos que no se tenga que recurrir al extremo de utilizar la fuerza pública para hacer valer el reglamento. Nadie quiere ir a parar a barandilla, menos pagar una multa.
Vamos haciendo un esfuerzo; en realidad no es muy difícil, ya no nos están diciendo que nos quedemos en casa, sino que si vamos a salir, lo hagamos de manera responsable, con la protección adecuada. Olvidémonos ya de semáforos amarillos, naranjas, rojos, verdes. La vida no es de colores. Es lo más preciado que tenemos y hay que cuidarla. ¿Lo podemos lograr? Yo creo que sí, lo vamos a lograr.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!