¡Jálalo que es pargo! * Nueva Normalidad, no confiarnos

  • Nueva Normalidad, no confiarnos

Por Jacko Badillo

El regreso a la llamada Nueva Normalidad que en Guerrero y Acapulco se tiene previsto para este 2 de julio, una decisión derivada de una leve disminución en el número de contagios o muertes por la pandemia del Covid-19, obedece más a cuestiones de carácter económico y social, como una forma de ir recuperando poco a poco lo que en esos rubros se ha perdido por la emergencia sanitaria.

Entendemos que las autoridades encabezadas por el gobernador Héctor Astudillo Flores y la alcaldesa Adela Román Ocampo, tienen bien claro la enorme responsabilidad que implica la reapertura de espacios públicos y de recreación, centros comerciales, hoteles, restaurantes, pues prácticamente el semáforo sigue estando en rojo, con posibilidades de poder reclasificarnos en naranja, ante esto hemos decidido correr el riesgo.

Con todo y que la campaña #Quédate en Casa no fue lo suficientemente atendida por la población, pues muchos decidieron hacer caso omiso y no solamente arriesgarse, sino arriesgarnos a todos al no tomar las medidas sanitarias y salir sin ningún tipo de protección, el gobierno aún apuesta a la conciencia ciudadana al decretar salir del confinamiento, bajo ciertas medidas de restricción que nos parecen adecuadas.

Lugares al 30 por ciento de la capacidad, intensificar el llamado a la sana distancia, uso obligatorio de cubrebocas y gel antibacterial, desinfección de espacios, entre otras acciones, deben ser, mientras el coronavirus persista, parte de nuestra vida cotidiana, y como buenos ciudadanos estamos obligados a acatarlas, porque nuestra vida y la de nuestros seres queridos sigue estando en juego.

Vamos entonces saliendo de la parálisis económica con responsabilidad. El riesgo está latente y no hay que confiarnos. La Nueva Normalidad no significa que la pandemia se haya terminado, la emergencia sanitaria sigue y la recomendación de que si no es realmente indispensable salir de casa no hacerlo, debe permanecer un tiempo más. Cancún es el más claro ejemplo de que si no hacemos las cosas de manera responsable podríamos volver a la cuarentena, y eso nadie lo quiere en nuestro excepcional puerto turístico. ¿Lo lograremos? Yo creo que sí, yo creo que Acapulco lo va a lograr.

Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!

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