Chicotazos * Morena, suspirantes a la vista

• Morena, suspirantes a la vista

Por Francisco Javier Flores V.

En tiempos de la llamada Cuarta Transformación que dista aún mucho para poder concretarse, e independientemente del trago amargo que le significó al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) la fallida elección de consejeros estatales el pasado domingo 20 de octubre, el cual aún no termina de digerir, es un hecho que la carrera por la sucesión en la presidencia municipal de Acapulco al interior de dicho instituto político, hace mucho que comenzó.

De hecho, podría afirmarse que las posibles candidaturas comenzaron a configurarse el mismo día en que se conocieron los resultados electorales que dieron el triunfo a la hoy alcaldesa Adela Román Ocampo, fueron tomando forma cuando los diputados locales de la actual legislatura rindieron protesta y aceleraron el paso una vez que el actual gobierno municipal tomó posesión y se conocieron las primeras decisiones dentro del gabinete.

Uno de los primeros desbocados fue el diputado local Moisés Reyes Sandoval, con ansias desmedidas por hacerse notar que lo han convertido en ajonjolí de todos los moles, emitiendo incluso opiniones absurdas y enfrascándose en pugnas que nada tienen que ver con su función como legislador. Ejemplo: el caso del nombramiento del cónsul en San Bernardino, California, Estados Unidos, Efrén Leyva Acevedo.

Otro que del anonimato pretende brincar al estrellato es Zeferino Gómez Valdovinos, quien después de ser un perfecto desconocido en Acapulco, y particularmente en el Distrito que “ganó” (todos sabemos por qué), el 09 local, acaparó espacios en los medios de comunicación a mediados de abril cuando en estado de ebriedad chocó el vehículo que conducía, en la avenida Escénica. De hecho, sigue siendo un desconocido, pues muchos en la demarcación que representa, la zona rural, quisieran conocerlo. Aun así, alguien le ha hecho creer que puede ser candidato.

Habría que ver si la quemada que se dio en la fallida elección de consejeros de Morena, en donde fue uno de los principales que provocaron que el proceso reventara, hacen desistirse al regidor Ilich Augusto Lozano Herrera, quien sin embargo parece haber aprendido muy bien el arte de la negociación que le han permitido a él y a su mamá, Rosario Herrera Ascencio, acaparar espacios para familiares y allegados. Si insiste en ser candidato, seguramente será para ver qué nuevos espacios negocia. El chiste, parafraseando al célebre César Garizurieta, es no “vivir en el error” de estar fuera del presupuesto.

Quien también se mueve, aunque con muy escaso margen, es José Alberto Alonso Gutiérrez, ex funcionario del gobierno de Evodio Velázquez con quien rompió en el último tramo de la administración. Conocido como El Güero Alonso, este personaje se mueve en esferas nacionales a través de una organización llamada CATEM, que lidera el senador Pedro Haces Barba.

Con muy poca seriedad en sus decisiones políticas y en temas familiares, que evidenció en el pasado proceso electoral, el síndico Javier Solorio Almazán es también uno de los que pretenden hacerse de la candidatura. En el apellido, sin embargo, lleva la penitencia, aun cuando diga que son sus hermanos los “imbéciles” y “flojos”. Hay un sector femenil que extraña a aquél médico tan querido por su labor en la reconstrucción de senos, y quienes anhelan que el profesionista reconsidere dejar la política y regresar al espacio que le cubrió de gloria.

En esta camada de suspirantes, llaman la atención dos que a decir de quienes los conocen y saben de sus capacidades y liderazgo, tanto por méritos académicos como por sus acciones altruistas en favor de los que menos tienen, aún sin tener cargos públicos, serían las mejores cartas de Morena: José Inocente Ariza Tapia y Joaquín Badillo Escamilla.

De los mejores neurocirujanos que existen en el país, el Doctor Ariza punteaba entre los siete aspirantes varones que tuvo Morena en el proceso preelectoral anterior, antes de que por decisión “de arriba” se cambiara el género que favoreció, para sorpresa de ella misma, a la hoy alcaldesa Adela Román. Es decir, si eso no hubiera ocurrido, es casi seguro que hoy él estuviera gobernando.

Habría que destacar, en ese sentido, la lealtad del médico al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, pues a pesar de esa chicanada no solamente refrendó su militancia, sino trabajó arduamente en campaña junto a su gran equipo. Ese activismo le valió, seguramente, haber sido designado como responsable para la organización en Guerrero de los foros de consulta ciudadana para la integración del Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de México que encabeza AMLO. Es decir, la camiseta la tiene buen puesta, con todo y que, hasta la fecha, no ha sido considerado para ningún cargo público.

En el caso de Jacko Badillo, es conocida su pretensión de gobernar al pueblo que lo vio nacer, desde la perspectiva de un proyecto emanado de la sociedad civil, enfocado en atacar de manera decidida los principales problemas que aquejan al municipio, particularmente el de la inseguridad; para lograrlo ha tenido que participar bajo las siglas de partidos políticos que le han postulado en dos ocasiones. Las circunstancias le han negado concretar ese sueño, que es quizá el sueño de todos los acapulqueños bien nacidos.

Sin embargo, su experiencia en esos dos procesos electorales, en donde –vale decirlo- su capital político ha ido en ascenso, su preparación académica, así como su trayectoria de vida (empresario exitoso, deportista destacado en varias disciplinas) han llamado la atención de altos personajes dentro del primer círculo de López Obrador, que lo ven como una figura altamente rentable, que concita simpatías y confianza, sobre todo entre la gente sin militancia y la de bajos recursos, a la que no deja de apoyar mediante la labor altruista de la asociación civil JACKOmienza, lo cual podría ser clave en las aspiraciones de Morena por seguir conservando el gobierno en el municipio más importante del estado.

Hay seguramente otros más, cuyas posibles aspiraciones podrán ser analizadas en una futura entrega periodística.

Sin misoginia (por aquello de que no falte quien cuestione la ausencia de mujeres en este modesto análisis), hay que recordar que el pasado proceso electoral, por género, se decidió que fuera mujer. Esta vez, atendiendo al principio de equidad, toca hombre. Vale.

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